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Subiendo el Aconcagua, el pico más alto de América

 

Hoy les compartimos el relato de Josh Anderson, un viajero que subió el pico más alto de América con una altitud de 6.962 msnm. Ideal para viajeros aventureros!

Llegada a Mendoza 

Llegamos al aeropuerto de la ciudad de Mendoza y allí nos estaba esperando Viviana, quien con un perfecto inglés nos recibió y nos llevaron hasta el hotel, en el centro de la ciudad. Desde nuestra habitación teníamos una increíble vista de la cordillera de Los Andes, un excelente recibimiento!!

Al día siguiente estuvimos en las oficinas de Acomara en el centro de la ciudad y tuvimos una charla informativa de todas las actividades a desarrollar. Fuimos a adquirir los permisos de ingreso al Parque Aconcagua y luego revisaron nuestro equipo personal y nos acompañaron a una tienda de rental para alquilar las botas y los crampones que no habíamos llevado para evitar exceso de equipaje.

A la mañana siguiente emprendimos el viaje en un bus privado hasta el centro de Ski Penitentes, con una parada intermedia para almorzar en el pueblo de Uspallata. Comimos un churrasco típico argentino y los lugareños nos mostraron sitios donde estuvo Brad Pitt filmando la película 7 años en el Tibet. Fue toda una sorpresa para nosotros, recomiendo ver la película para conocer los paisajes. A la tarde llegamos a Penitentes, preparamos todas las cargas que las mulas llevarían al día siguiente, cenamos y dormimos ahí para empezar el proceso de aclimatación a la altura.

Entrada al Parque Aconcagua 

Nos llevaron en bus hasta la entrada del Parque Aconcagua. Allí vimos por primera vez su cumbre, imponente, la adrenalina empezaba sentirse en el cuerpo; estábamos entrando al Aconcagua, al Coloso de América! ¡Fascinante!

Comenzamos con un trekking liviano y sencillo de 4 hs hasta llegar el campamento Confluencia, llamado así por la unión de dos ríos. Hasta allí fue nuestro primer día. Compartimos una gran cena con otros escaladores y nos acostamos a dormir.

Comienza el ascenso

A la mañana siguiente nos levantamos a las 8 am, desayunamos y empezamos el ascenso hasta Plaza Francia, subiendo una altura total de 2300 ft (hasta los 13200 ft) y luego descendiendo nuevamente hasta el campamento donde cenamos y repusimos las energías consumidas. Fue un día donde se empezó a ejercitar de manera más intensa, tuvimos 9 hs de trekking y fue maravilloso, pero al final llegamos un poco cansados. Las vistas de este día son fantásticas, especialmente la pared Sur del Aconcagua. Hay un sector llamado “El Mirador” que no debe pasarse por alto, ahí está la mejor vista de ese día. Las montañas tienen diferentes colores y estructuras, allí ya se empieza a sentir la inmensidad de la montaña.

En el 5to día nos levantamos temprano y emprendimos el camino hacia el campo Base Plaza de Mulas, fuimos un tramo acompañado por las mulas que llevaban nuestra carga. Fue una hermosa compañía, son animales muy nobles. Hicimos una parada para almorzar en Playa Ancha y las mulas continuaron su camino. A las 3 pm llegamos a Colombia, hicimos una parada para hidratarnos y sacar algunas fotos. Emprendimos el tramo final para llegar a Plaza de Mulas a las 4 pm donde nos encontramos con una gran cantidad de escaladores de todo el mundo, disfrutando del mejor campamento que tiene el Aconcagua.

Al día siguiente descansamos y comimos gran variedad y cantidad de frutas y comidas calientes para reponer energías, y aprovechamos también para hacer una caminata sobre el Glaciar Horcones y practicar la caminata sobre hielo y nieve.

El 7mo día emprendimos el trekking hacia la cumbre del Cerro Bonete, que tiene una altura de 16700ft, y a la tarde volvimos al campamento Plaza de Mulas. Fue un hermoso día soleado, hicimos una actividad que fue excelente para lograr una buena aclimatación. En este día, algunos comenzamos a sentir una gran exigencia física, pero igualmente volvimos todos bien al campamento, a algunos nos afectó un poco de dolor de cabeza, pero sin otros síntomas de mal de altura. Entendimos que la aclimatación depende de cada uno y no se puede saber con exactitud cómo va a adaptarse el cuerpo a la altura, por lo que es fundamental realizar un proceso de aclimatación como el que nosotros realizamos.

Tomamos la Ruta Normal del Aconcagua, utilizando los campamentos Plaza Canadá (16200ft), Nido de Cóndores (19500ft) y Cólera (14100ft), tomando en total 4 días para hacer los trekkings en los días de altura, hasta quedar preparados en Cólera para intentar la cumbre desde allí. En estos días tomamos conciencia que el desafío no sería sencillo, aunque tuvimos siempre buen tiempo y sol todos los días, con temperaturas que oscilaban entre los 10° durante el día y -14° en las noches, allí se empezó a sentir un gran desgaste físico y la falta de oxígeno. Creo que sin la aclimatación que realizamos, varios hubiéramos tenido que abandonar, pero cuando alguien del grupo sentía que no podía dar ni un paso más, otro le daba fuerzas y así logramos pasar estos cuatro días, sin que nadie abandone, la asistencia de los guías fue la clave de nuestro éxito.

En los campamentos de altura uno toma verdadera magnitud y conciencia de lo que significa escalar el Aconcagua, pues allí la fatiga, el dolor de cabeza, a veces náuseas y el agotamiento del cuerpo se hacen sentir. En estos días, nuestros guías hicieron la gran diferencia, pues sin ellos, hubiéramos abandonado, no fue solo su cuidado, sino su apoyo y monitoreo de todos en todo momento. Nos hicieron sentir seguros, protegidos y motivados para continuar. Fue muy importante contar con un excelente equipo personal y excelentes carpas y comidas.

Aconcagua

Subiendo el Aconcagua, el pico más alto de América

Finalmente emprendimos el camino a la cumbre a las 4:15 am, los guías prepararon nuestro desayuno y partimos hacia la cumbre, la visibilidad era muy poca porque era de noche y se hacía difícil caminar por el frío y la oscuridad, pero los guías nos asistieron en todo momento. Las horas pasaban y cada vez se hacía más pesado. Comencé a sentir que mis pulsaciones subían y empezaba a faltarme el oxígeno pero hicimos un buen trabajo de equipo y los guías iban midiendo nuestra saturación de oxígeno y ritmo cardíaco, ajustando la marcha para llevarlo a un ritmo de escalada que nos permita continuar, hasta que a las 10:40 hs llegamos a La Canaleta. Allí dos miembros de nuestro grupo ya presentaban signos de mal de montaña y se tomó la decisión de que no podrían continuar.

Pensé en mi familia, pensé que debía bajar, que ya había sido suficiente el esfuerzo, pero charlando con uno de los guías, me dijo que la decisión era mía, pero que podíamos intentarlo, fue así que con el breve descanso repuse mis fuerzas y decidí intentarlo. Dos miembros de nuestra expedición bajaron con uno de los guías y los demás continuamos la marcha en un hermoso pero extenuante día soleado. Finalmente llegamos a la cumbre a las 12:10hs. Fue un momento maravilloso!  Sólo el que lo ha vivido puede entenderlo en su verdadera magnitud. Un mundo de sensaciones invade nuestro espíritu, con la mejor de las vistas que he conocido, fue un día que recordaré por el resto de mi vida. Apasionante.

El regreso

A las 13hs emprendimos el camino de regreso que también fue extenuante porque estábamos muy cansados pero la sensación de alegría y felicidad que invadía nuestro cuerpo fue única.  Al llegar al campamento Cólera y reencontrarnos con el resto del equipo, la sensación que teníamos era de agradecimiento y felicidad.

Al día siguiente bajamos hasta el Campo Base Plaza de Mulas, donde nos esperaban con un excelente recibimiento con hamburguesas y cerveza. Como disfruté esa noche en Plaza de Mulas! Al otro día bajamos hasta la entrada del parque, esperamos a que las mulas llegaran con nuestro equipaje y bajamos en bus privado hasta la ciudad de Mendoza. En la ciudad estuvimos dos días haciendo algunos programas turísticos muy interesantes y divertidos, la gente de Mendoza es maravillosa. Creo que lo más importante es mantener el espíritu alto y manejar la ansiedad. El Aconcagua es una montaña que se sube con la cabeza, no con las piernas. A pesar del frío y el cansancio, yo ni siquiera me resfrié.

Muchas gracias al excelente equipo de Acomara por darnos el mejor equipamiento, los mejores guías y la mejor logística para vivir de manera segura y exitosa esta apasionante aventura. Luego de alcanzar distintas cumbres de tres continentes, puedo asegurar que el Aconcagua es la montaña más apasionante que he vivido!